A muchas personas nos encanta empaparnos de todo lo que la Naturaleza nos ofrece. Por eso realizar una ruta guiada, encontrar carteles instalados a lo largo de un itinerario o incluso descargarnos una app para obtener más información, es algo que valoramos a la hora de salir al monte.
Las rutas interpretativas permiten satisfacer la demanda de información que los turistas solicitan en sus escapadas y excursiones en relación a cuestiones relativas a diferentes áreas del conocimiento, como lo son la Geología, la Biología y la Ecología. Por lo tanto, podemos afirmar que éstas son una potente herramienta de divulgación dirigidas al público general.
Una ruta interpretativa aglutina varios puntos de interés sobre los cuales está basada la información a transmitir al visitante. Esta información se puede volcar en diferentes tipos de medios: carteles, folletos, webs, archivos audio, etc.
La correcta elaboración de la información ayuda a que los visitantes interpreten, en cada punto de interés, lo que observan, escuchan, tocan o huelen, estableciendo, de este modo, una comunicación efectiva y eficaz que garantiza el éxito de la ruta.
Para elaborar contenidos interpretativos necesitamos ponernos en el lugar del turista, comprendiendo que está en su tiempo de ocio y teniendo en cuenta el bagaje de conocimientos que posee. Se necesita conocer la metodología con la que construirlos siendo un trabajo arduo y meticuloso pero también muy apasionante.
Un buen mensaje interpretativo resulta ameno (algo que tiene que ver con la cantidad de información, el vocabulario utilizado y el estilo), provocador (incita a la reflexión y a la obtención de conclusiones) y relevante para sus receptores (que se sientan representados de algún modo).
Los contenidos interpretativos son información pero no toda la información es interpretación.
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